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La red Cáritas en Siria está prestando ayuda humanitaria de emergencia a unas 200 familias de desplazados que han buscado refugio en la ciudad de Hasaka, ubicada en el extremo noreste del país, a orillas del río Jabur, y que han huido de los combates causados por la reciente incursión de Turquía contra la presencia de la milicia kurda en la zona.

Se estima que unas 175.000 personas han huido de los combates. Los desplazados, entre los que hay unos 74.000 niños, fueron obligados a abandonar sus hogares a causa de la operación militar iniciada por Turquía a principios de octubre. La decisión de Estados Unidos de retirar las tropas desplegadas en esa región, desembocó en la ofensiva turca que, a su vez, llevó al presidente sirio Bashar al-Assad, respaldado por aliados rusos e iraníes, a desplegar fuerzas en esa misma zona.

Estos movimientos de tropas han provocado una nueva crisis humanitaria en Siria, un país donde las Naciones Unidas estiman que de sus 22 millones de habitantes, 13,1 millones dependen de la ayuda de emergencia. De estos, 5,6 millones están en situación de extrema necesidad.

Antes del estallido del pasado mes de octubre, Siria contaba ya, según datos de la ONU, con 6,1 millones de desplazados internos como consecuencia de esta larga guerra de ocho años y que se ha convertido en una de las peores catástrofes humanas del mundo. La mayoría de los expertos internacionales estiman que más de 500.000 personas han muerto desde el estallido del conflicto bélico.

Trabajo de Cáritas en Hasaka

Los trabajadores locales de Cáritas en la zona de Hasaka informan que muchos de los afectados por la violencia tras la reciente incursión turca son personas que ya han sido desplazados varias veces de un lugar a otro. Asimismo, se calcula que más de 3.000 personas han huido al vecino Iraq.

Tras el acuerdo de alto el fuego entre Turquía y EE. UU., se espera que las fuerzas kurdas se retiren de la denominada “zona segura”, que abarca aproximadamente una franja de 32 kilómetros de ancho en el norte de Siria, con lo que la situación de seguridad es, por el momento, relativamente tranquila.

Sin embargo, los enfrentamientos y ataques aéreos continúan en otros lugares, por lo que el personal de Cáritas teme que si se reinician las operaciones militares, con nuevos despliegues y avances de tropas, es probable que se produzcan más desplazamientos.

En la provincia de Hasaka existen un total de 55 refugios colectivos, con capacidad para 10.768 personas (2.224 familias). Cáritas está brindando ayuda a 200 familias, alrededor de 1.000 personas, acogidas en esos refugios.

Escasez de agua

Una de las mayores urgencias de la situación humanitaria es la disponibilidad de agua potable, muy limitada en Hasaka. Esta es una de las prioridades del trabajo de Cáritas en la ciudad, donde se ha comprometido a proporcionar 3 litros de agua potable al día por persona, además de instalar cuatro tanques de agua en cada refugio.

Además de reforzar el acceso al agua potable en los refugios, Cáritas está distribuyendo a cada familia un lote de productos de higiene para cubrir sus necesidades durante 15 días.

Samar, una trabajadora de Cáritas Siria en la zona, describe las precarias condiciones de los refugios, que “carecen de necesidades básicas, desde baños hasta colchones de espuma, así como agua potable y alimentos”. Y aunque actualmente se supone que a las familias desplazadas se les sirven comidas calientes proporcionadas por comedores instalados por organizaciones locales, la distribución de alimentos sigue siendo irregular y desigual.

Acción de Cáritas Española en Siria

Cáritas Española ha estado apoyando diversos proyectos de emergencia humanitaria en Siria desde el inicio de la crisis, con el objetivo prioritario de ofrecer una respuesta integral a la dramática realidad de las víctimas civiles de este conflicto, ya sea a través de Cáritas presentes en los países limítrofes que llevan a cabo acciones para aliviar el sufrimiento de la población siria desplazada, o por medio de programas dentro de Siria. Estas acciones se han centrado a lo largo de los años en la distribución de ayuda alimentaria y kits de higiene, contribución al pago del alquiler, asistencia médica y psicológica, y apoyo educativo a los niños y niñas que prosiguen sus estudios.

A través de Cáritas Siria se ayuda a las personas que viven en las zonas más afectadas del país. En este sentido, destaca el proyecto que Cáritas Española ha venido apoyando en el último año en la ciudad siria de Homs para acompañar durante 11 meses a 1.545 hogares vulnerables que lo han perdido todo a causa de la guerra. Este proyecto, al que se han aportado 788.240 euros, ha centrado su acción en la cobertura de necesidades básicas (alimentos, bienes no alimenticios y medicamentos), alojamientos seguros y dignos, acceso a servicios de salud primarios y secundarios, y actividades dirigidas al impulso de propuestas empresariales generadoras de ingresos.

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