gtag('config', 'AW-594699890');

El 14 de marzo, con la declaración en España del Estado de Alarma, nos cambió la vida. Se nos obligó a modificar nuestras rutinas y proyectos, la planificación del trabajo y toda nuestra actividad… También Embico, la Empresa de Inserción de Cáritas Burgos se ha visto afectada por esta pandemia.

Como Empresa de Inserción Social, nuestra supervivencia y el mantenimiento del empleo de nuestros trabajadores, dependían de nuestra capacidad de adaptación a la nueva situación. Desde entonces, llevamos trabajando para que, cuando esto pase, volvamos todos juntos a desarrollar nuestra labor y nadie se nos pierda en el camino.

Una semana antes de esta declaración, cuando la COVID-19 ya estaba presente en nuestras rutinas, nos adelantamos reforzando la desinfección y promoviendo mecanismos de prevención de contagios en nuestras actividades de Recogida de Residuo Textil y Venta de Ropa, Catering y Limpieza, para preservar la salud de nuestros clientes, trabajadores y voluntarios.

El 11 de marzo, informamos a nuestros voluntarios de los riesgos de contagio que percibíamos, pidiendo extremar las precauciones en su labor y aconsejando a aquellos que pertenecían a colectivos vulnerables, que cesasen temporalmente su actividad de manera preventiva.

El 13 de marzo, tomamos una dolorosa decisión: cerrábamos nuestras tiendas y clausurábamos nuestros contenedores de manera temporal, por responsabilidad social y sanitaria. El escenario para EMBICO BURGOS, era preocupante: con nuestras tiendas y contenedores cerrados, los eventos de nuestro Catering cancelados y la previsión de la temporada alta perdida y los servicios de limpieza reducidos, decidimos solicitar un ERTE para una parte importante de la plantilla que formamos nuestra empresa, para garantizar así el mantenimiento del empleo, que con tanto esfuerzo hemos creado para aquellos que más lo necesitan.

Desde la declaración del Estado de Alarma, nuestras tiendas y contenedores han permanecido cerrados. Sin embargo, nuestro servicio de catering se ha reconvertido, prestando servicio al Programa de Personas Sin Hogar de nuestra entidad promotora, Caritas Diocesana de Burgos. De esta manera, se ha encargado de la alimentación de todas las personas que hemos acogido en nuestro albergue del Seminario desde el inicio de la pandemia.

Nuestro servicio de limpieza ha desarrollado también su labor, aunque en menor medida de lo habitual. Como siempre, pero ahora más si cabe, ha venido realizando su tarea tan importante, como invisible en otros momentos, de limpieza y desinfección de espacios de atención y de trabajo.

Durante este tiempo, la relación laboral con nuestros trabajadores ha quedado suspendida. Ello no ha eliminado nuestra labor de acompañamiento hacia ellos, pues somos una empresa de inserción. Por eso, hemos estado en contacto continuo con ellos para conocer su estado anímico y detectar necesidades que pudiesen derivarse de la nueva situación, con el fin de atajarlas inmediatamente. Lo mismo hemos hecho con los numerosos voluntarios que están presentes en nuestras tiendas.

Desde comienzos de mayo, hemos comenzado a reincorporarnos a nuestra labor presencial en ARRROPA. Poco a poco, pero de forma continua, hemos ido preparando espacios, limpiando y adecentando instalaciones, abriendo contenedores y tiendas, preparando los protocolos de seguridad necesarios… Queremos que pronto, todos los trabajadores que forman esta empresa, así como los muchos voluntarios que nos apoyan, podamos reanudar los procesos de inserción laboral y trabajar por un futuro mejor. Queremos que nuestros clientes y voluntarios vuelvan y nadie se nos haya quedado atrás.

Share This