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Diario de Burgos muestra en esta crónica cómo se atiende a las personas sin hogar durante el toque de queda

(Texto: Angélica González, Diario de Burgos / Imagen: Luis López Araico)

Desde el pasado sábado 24, toda la comunidad autónoma ‘se cierra’ a las diez de la noche. El toque de queda decretado por las autoridades para intentar contener la transmisión del coronavirus que cabalga ya al galope obliga a todo el mundo a encerrarse en su casa desde esa hora hasta las seis de la mañana. ¿Pero qué pasa con quienes no la tienen? Una vez más, las entidades sociales han salido al rescate. En cuanto se supo la fecha, Cáritas y Fundación Lesmes se coordinaron con los ceas y la Policía Local para evitar que a partir de la hora del cierre ninguna persona sintecho infringiera la norma. Y así ha sido. El albergue municipal, que gestiona la ONG católica, y viviendas compartidas están siendo la solución para quienes no tienen un sitio al que ir cuando anochece.

El educador social de Cáritas, David Alonso, explica que esta nueva situación legal no ha trastocado demasiado su trabajo, en primer lugar porque no  son demasiadas las personas que hay en la pura calle y a las que están las conocen casi con nombre y apellido (no son más de 5 ó 6) y les han podido alojar sin mayores contratiempos, y porque este martes, 3 de noviembre, vuelve a estar en funcionamiento el recurso estacional que desde el año 2012 pone a disposición el Ayuntamiento en las instalaciones de la entidad de la Iglesia y con su personal y voluntariado. 

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