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La especial situación creada por la pandemia ha puesto el foco en la situación laboral de los temporeros, un colectivo con el que Cáritas lleva muchos años trabajando en Aranda. Las condiciones de precariedad han sido habituales, y solo en ésta última temporada, cuando podían afectar a la salud de todos, se ha puesto un interés especial en solucionarlas. La subdelegación del gobierno en Burgos, junto con los sindicatos más representativos, ha valorado positivamente la intervención que se ha realizado este año, en una mesa de trabajo en la que por primera vez también ha participado Cáritas. Este grupo de trabajo está compuesto por las principales autoridades públicas -Ayuntamiento, Diputación, Junta de Castilla y León, subdelegación del Gobierno-, así como por los sindicatos y las asociaciones empresariales relacionadas con la enología. También participan miembros de la Policía Nacional y la Guardia Civil, y los responsables provinciales de Inspección de Trabajo, Extranjería y Protección Civil.

Desde hace varios meses, Cáritas está impulsando la denominada incidencia política, que busca que a la atención que se ofrece a los más vulnerables se sumen acciones que causen efecto sobre aquellos que diseñan las políticas públicas, para atajar los problemas desde sus causas sociales, económicas y políticas.

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