gtag('config', 'AW-594699890');

Tras la Semana de la Caridad, la entidad hace balance del año 2020 con una Memoria de Actividades en la que destaca el mantenimiento de sus servicios durante la pandemia

Esta mañana, en la sede diocesana de Cáritas, y con la presencia del arzobispo de Burgos, don Mario Iceta, el director de la entidad, Jorge Simón, y su coordinadora de acción social, María Gutiérrez, se han expuesto los datos más destacados de la actividad sociocaritativa de la institución eclesial durante el año pasado. Monseñor Iceta ha señalado que con el título Un aplauso a la cercanía, «se ha querido hacer un guiño a dos realidades que han estado muy presentes durante la pandemia: los aplausos (…) a las personas que han dedicado su trabajo y esfuerzo a la acción social y a trabajar por la inclusión, y también la cercanía, su importancia y necesidad». El lema recurrente en ese año fue el de que la caridad no cierra, con el que se incidió en que todos los servicios se mantuvieron, adaptándolos a las circunstancias. Además de agradecer el apoyo económico y social, tanto individual como colectivo, el arzobispo ha resaltado que «en el horizonte se presenta una sociedad de los cuidados y la cercanía: esa es la misión y la tarea de Cáritas».

Las principales cifras de la intervención se resumen en las 6.642 familias atendidas, con un total de 9.739 personas y 86.921 intervenciones. Los programas que más personas han atendido han sido la acogida parroquial (6.644), empleo (2.377), personas sin hogar (1.318) e infancia (987). El número de hogares se ha mantenido estable, pero hay que tener en cuenta que el descenso en algunos programas por el confinamiento y las restricciones se ha visto compensado con un aumento cercano al 10% en el programa de atención básica, la acogida. Además, las ayudas en especie han crecido un 25% y los adelantos a la administración un 50%. Por zonas, la capital concentra un 60% de las intervenciones, y el ámbito rural llega al 12%, lo que manifiesta el nivel de implantación en la provincia. Como retos más importantes, Gutiérrez ha señalado la rápida digitalización, que puede generar nuevas brechas, el problema de la vivienda, que el mercado no está resolviendo, y las dificultades en la concesión del Ingreso Mínimo Vital.

Jorge Rodríguez, director, ha presentado los datos económicos más significativos. En el apartado de ingresos, destaca la aportación de una mensualidad de su salario que realizaron los sacerdotes de la diócesis y el gran incremento en el número de socios y donantes, especialmente entre los meses de marzo y junio. Ante la pospandemia, desde Cáritas se quiere apostar por el empleo digno, con la formación certificada como clave, el derecho a la vivienda, la vulnerabilidad de los mayores y la denuncia y la incidencia política, para atajar las causas más profundas y estructurales de la desigualdad. En su intervención, también ha querido agradecer a toda la sociedad burgalesa, a los medios de comunicación y, especialmente, a los voluntarios de la entidad, su compromiso con Cáritas y con los más desfavorecidos.

Share This