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El 20 de noviembre se celebra el Día de los Derechos de la Infancia, y desde Cáritas Burgos se señala que la pandemia ha limitado más las opciones de ocio de los menores vulnerables

El Día de los Derechos de la Infancia, promovido por Naciones Unidas, es la fecha en la que el programa de Infancia y Adolescencia de Cáritas Burgos reflexiona sobre las posibles vulneraciones que se producen entre los menores desfavorecidos. Este año, tras las medidas impuestas por la pandemia, se ha detectado que «se ha visto especialmente afectado el derecho al esparcimiento, al juego y a participar en las actividades artísticas y culturales», en palabras de Mónica Martínez, su responsable. Las redes sociales, con sus nuevas formas de ocio, proponen «una oferta que también ha llevado a un cambio en las relaciones interpersonales y, en algunos casos, ha provocado el aislamiento de los chicos y chicas». El derecho al juego, que deben garantizar los poderes públicos, pero también los padres, los centros educativos y toda la sociedad, «no está reñido con la tecnología, pero esta tampoco puede convertirse en la primera opción».

Entre las consecuencias de la pandemia, las más importantes han tenido que ver con el cierre de espacios de encuentro, la reducción de la oferta de actividades extraescolares y la transformación de otras, de presenciales a virtuales a. Además, en las zonas rurales esta escasez de oportunidades para el ocio es mayor. Para Cáritas, «el niño, mediante el juego, adquiere diferentes comportamientos sociales y desarrolla aspectos de su personalidad que tendrán una repercusión cuando sea adulto. Jugar nos hace ganar seguridad y nos ayuda a crear una imagen positiva de nosotros mismos porque descubrimos qué podemos hacer y hasta dónde podemos llegar».

El programa de Infancia atendió en 2020 a 870 menores en sus centros de Burgos, Miranda, Aranda, Villarcayo y Lerma, y entre sus labores principales se encuentran las actividades de tiempo libre, ya que «los menores sufren la falta de recursos económicos que les impide participar en la oferta lúdica, cultural o deportiva». Por este motivo, se pide «recuperar los espacios de encuentro y de contacto, fomentar las relaciones personales y destinar más tiempo al ocio familiar».

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