Carlos López Ahedo, responsable de Cooperación Internacional
Estoy devorando “Quijote en el Congo”, un libro muy recomendable de Xavier Aldekoa en el que cuenta su viaje en barco por el gran río africano. Hoy me he quedado dando vueltas al capítulo donde conversa con uno de los grumetes, y este le cuenta su deseo imposible de viajar a Europa con los 50 dólares que tiene ahorrados. Después sigue este diálogo:
—Dices que hay desigualdad y lo entiendo, pero ¿hay pobres de verdad en Europa?
Mi respuesta afirmativa no lo acabó de convencer.
—Pero pobres de verdad, digo. Pobres como en Congo.
Intenté matizar mi respuesta y, mientras daba rodeos y buscaba ejemplos, bajé la guardia. Su siguiente pregunta me pilló desprevenido y me produjo el efecto de un bastonazo en la sien.
—Xavi, una pregunta: ¿tú has sufrido alguna vez en la vida?
No supe qué contestar. Pensé en explicarle que venía de una familia trabajadora, que siempre había tenido que luchar para conseguir lo que anhelaba y nadie me había regalado nada. Pensé en decirle que mis padres me habían inculcado desde niño la forma más pura de humildad: ser agradecido.
«¿Tú has sufrido alguna vez en la vida?», había dicho, y la pregunta permanecía suspendida en el aire. Seguro que no, porque pocas cosas son comparables al sufrimiento de los más miserables de Congo. Pero no dije nada. No supe decir nada. Ante mi silencio incómodo, se contestó a sí mismo.
—En Congo hay quien sufre más o menos, pero todos sufren. Todos sufrimos. La vida aquí es eso.
Después de leer estos párrafos, yo tampoco sabía qué decir. Y solo he pensado en que Cáritas Burgos trata de mitigar, un poco, este sufrimiento de los congoleños. Desde hace un poco menos de un año, y con financiación del ayuntamiento de Burgos, desarrolla un proyecto en el Kivu del Sur para acompañar a 28 comunidades aisladas, en su labor de defensa de los derechos humanos a través de Comités comunitarios llamados CLOC que informan a la población sobre las violaciones de derechos humanos más frecuentes en su entorno y las medidas de autoprotección; median en conflictos entre personas y grupos, para evitar que éstos degeneren en violencia a gran escala; realizan acciones de incidencia ante autoridades públicas para que cese una determinada violación (arresto arbitrario, tortura, etc.) y escuchan a víctimas de violencias sexuales y de género, para facilitarles una asistencia holística: sanitaria, psicosocial y económica.
El proyecto se ha retrasado un poco porque hay congoleños que están sufriendo más, si es que esto es posible. A principios de mayo unas lluvias torrenciales arrasaron comunidades enteras y, aunque las del proyecto no se han visto directamente afectadas, Cáritas Bukavu se ha visto en la necesidad de volcar sus efectivos en esta atención humanitaria. Hay más de 400 muertos, 5.500 desaparecidos, 9.000 desplazados y las lluvias han destruido, al menos, 1.200 hogares dejando a más de 2.000 familias sin casa. Hay enormes daños en las infraestructuras comunitarias.
Desde Cáritas Burgos queremos hacernos presentes en esta realidad y llorar con los que siguen sufriendo, aunque vivan lejos de nosotros.
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