Catorce integrantes del Club Ciclista Espinosa han vuelto a realizar uno de sus viajes en busca de paisajes de ensueño, pero también cargados de apoyo para quienes más lo necesitan. Desde Cáritas Burgos, agradecemos su solidaridad.
Noticia publicada en Diario de Burgos
El pasado día 12, catorce integrantes del Club Ciclista Espinosa aterrizaron en el aeropuerto de Habarana, en Sri Lanka. Podrían pasar por catorce turistas más dispuestos a recorrer con sus bicicletas buena parte del país asiático, al sur de la India. Pero guardaban un diferencia en sus maletas. En ellas viajaron nada menos que 35 kilos de ropa, material educativo, medicinas, juguetes y todo aquello que seguro ha arrancado muchas sonrisas a los habitantes del distrito Nuwara Eliya, a quienes se lo han donado.
La entrega del material se realizó el pasado martes al padre Newman, representante de Caritas. Pero no solo han tenido ese gesto, sino que también realizaron una transferencia de casi 4.000 euros poco antes emprender su viaje a través de Caritas Espinosa. Eran el producto de la jornada solidaria del pasado 22 de febrero, en que se dieron «vueltas solidarias» en bicicleta a la plaza Sancho García, con las que se recaudaron 1.315 euros, a lo que se sumó lo donado por los socios del club y sus allegados.
Cada dos años, los aficionados a las dos ruedas de Espinosa promueven un viaje, en el que nunca falta la solidaridad. Han llevado una muestra de su generosidad a comunidades de Colombia, Marruecos, Senegal, Costa Rica, Rumania, Vietnam, Ecuador, Tanzania… y ahora han llegado a la isla de Sri Lanka. Curiosamente la están visitando en la estación seca y en medio del caos que supone la celebración del año nuevo, pero han visto caer auténticos aguaceros y han soportado temperaturas de más de 50 grados.
Todo lo compensa la sonrisa y el agradecimiento de aquellos a los que se encuentran por el camino y regalan cualquier detalle que en manos de los niños de este país se convierte en un auténtico tesoro. El proyecto con el que han colaborado tiene como objetivo a un centenar de familias del sector de las plantaciones de té y café, que implantaron los colonos británicos. En la ciudad de Nuwara Eliya dejaron su sello, con edificios al estilo british, un gran hotel, un extraordinario jardín botánico y muchos otros atractivos que llaman al turismo internacional. Pero en las parroquias de Bogawantalawa, Tawalantenne, Nanuoya, Ragala, Hatton o Batalgala, las familias de campesinos se cobijan en chabolas cubiertas por latón y carecen de lo más básico.
Su ayuda económica ha llegado donde residen quienes sufren problemas de vivienda, agua, saneamiento o de falta de servicios educativos y sanitarios y donde más azotan los embates de los desastres naturales. Las comunidades con más niños que sufren y son víctimas de la falta de recursos o con familias con menos ingresos están en el foco de Caritas en Sri Lanka, la organización donde han ido a parar los fondos.
Los catorce viajeros de Espinosa han recorrido unos 300 kilómetros en bicicleta en varias etapas hasta el viernes y hoy salen del aeropuerto de Colombo de vuelta a España. Han pasado por la zona central y, de ahí, bajado al sudeste para terminar en las playas del oeste. Se trata de un país «impresionante», como lo define José María Gómez, el portavoz del grupo, sorprendido por la fauna, la vegetación, la orografía y las gentes del país. Una vez más los ciclistas de Espinosa han hecho gala de su generosidad. «Aprovechamos que viajamos a países poco desarrollados para llevar un poco de ayuda y esperanza a los más necesitados», concluye.
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